domingo, 6 de septiembre de 2015

Lecciones

Hoy me he dado cuenta de que decir adiós
no es lo mismo que irse.
De que luchar por alguien
no es lo mismo que luchar por algo,
pero comparten raíz.

Me he dado cuenta de que enfrentarse al pasado y enamorarse
te dirigen hacia el mismo muro.
De que por la ventana que se abre tras cerrar la puerta
no entra ni la mitad de aire
y necesito el doble para respirar.

Me he dado cuenta de que miedo es tan solo una palabra
con mucha fama y poca altura.
De que soñar y querer no son tan distintos:
ambos se hacen con los ojos cerrados.

Me he dado cuenta de que echar de menos es echar de más
pero al contrario,
y quien no me entienda es que nunca se ha perdido a sí mismo.
De que lo importante no es qué sino quién
ni cuánto sino cómo
ni para qué sino por qué
ni cuándo sino con quién.
De que reír y llorar se pueden hacer al mismo tiempo
porque se puede tener la cara triste y el corazón contento.

Me he dado cuenta de que la peor sensación del mundo
es no sentir ninguna
y creo que por eso quiero ser eterna, 
porque vivir brilla demasiado como para que se apague.

Me he dado cuenta de que hay personas que salvan vidas
y no tienen por qué tener profesión.
De que por mucho tiempo que pase,
las cosas importantes nunca cambian
-y las personas tampoco-.
De que yendo hacia Madrid puedo parar en Sevilla,
pero para qué voy a continuar el viaje si Sevilla me encanta.

Me he dado cuenta de que no todo en esta vida merece una sonrisa
y por esa razón, hay que regalársela.
De que el mentiroso, al final, siempre gana
porque acaba creyéndose sus mentiras.
De que elegir a quien amar es imposible,
pero elegir si soportar las miles de piedras que te lanza a la cabeza,
sí lo es.

Me he dado cuenta de que quien bien te quiera te hará llorar
tantas veces como hagan falta,
pero siempre te ofrecerá su hombro.
De que olvidar a alguien cuesta,
pero olvidarse a uno mismo aún más.

Me he dado cuenta de que la mayor parte de las lecciones
no las da la escuela.
De que aprender a perdonar es mucho más difícil que vengarse,
y por ello el mundo es una mierda.
De que hay veces que es necesario salir solo del pozo,
para no arrastrar a nadie más.

Me he dado cuenta de que hay personas que son casa,
por eso ya nunca pregunto dónde sino con quién.
De que el fin justifica los medios,
sobretodo cuando no se tienen medios para ningún fin.
De que es importante tener metas,
pero nunca pierdas más de lo que ganas en el camino.

Me he dado cuenta de que la distancia que más duele
no es física
y de que si se quiere,
el color, el sexo y la religión, no importan.
De que la familia es lo único que te llevarás al ataúd
y verles sonreír te llenará siempre el alma.

Me he dado cuenta de que el orgullo que cuenta
es el que luce después de superarse o ayudar a que otros lo hagan.
De que a veces estás arriba, pero la mayoría estás abajo,
y hay que aprender a reptar entre los escombros.

Me he dado cuenta de que no es fácil ser padre,
pero mucho menos ser hijo,
y de que el dolor es inevitable
pero el sufrimiento sí lo es.
De que no se puede juzgar a una persona
antes de una conversación y un par de cervezas.
De que a veces irte te sirve para comprobar quién te sigue
y, normalmente, eres tú el que no lo hace.

Hoy, me he dado cuenta de muchas cosas.

Definirlo es limitarlo,
por favor,
sigamos siendo infinitos.