lunes, 30 de abril de 2018

Todo bien, mamá.

                                             “Que cuando ella cruza por debajo del cielo
                                                         solo el tonto mira al cielo.”
                                                                    -Escandar Algeet

Mamá,
hace ya unos días que no respondo a tus llamadas,
que no te cuento cómo me ha ido el día,
cómo me absorben la vida los quehaceres rutinarios,
las prisas de la gente -siempre tarde-,
el claxón, los gritos, la vida de ciudad.

Pero es que mamá,
no lo entiendes.

Estoy empezando a olvidarme de todo ello.
Y es que mamá,
he conocido a alguien.

Alguien que nunca llega tarde
porque piensa que el tiempo es lo mejor
que podemos regalar.
Y qué lástima mamá,
que cuando llegue el tiempo corra más
y yo quiera detenerlo
pero,
que va.

Alguien que me trata como una diosa,
como si yo fuese espejo,
como si ella se viese reflejada en mis pupilas.
Pero no,
se piensa humana aunque yo no la crea,
aunque la crea porque
creo en ella.

-Y qué vais a contarme de lo bonito que es el mar
si no habeis visto sus ojos.-

Ojalá la conozcas mamá
y entiendas por qué ya nunca estoy pendiente del teléfono,
que tengo cosas mejores que ver fuera.
Que la vida no es eso que nos cuentan por la tele,
que es mucho mejor,
que podemos aspirar a lo que queramos conseguir
y que yo,
ya lo he conseguido:
he conseguido olvidarlo todo
desde que la tengo a ella.