viernes, 8 de julio de 2016

Muñeca.

Sabes que algo va mal cuando ya no te salen ni las lágrimas. Cuando la verdad te azota el pecho y se te quedan marcas de soledad. Cuando ya no te sacia escribir. Cuando encerrarte en tu cuarto es el mejor momento del día. Cuando lo único que haces es poner una canción, la canción que has elegido como verdugo para hundirte en la mierda.

Sabes que algo va mal cuando te alejas, como aquel perro que se va a otro rincón a morir. Cuando podrías quedarte horas tirada en la cama y no te echarías de menos. Cuando ya no reconoces a tus amigos y ni siquiera sabes si es por ti. Cuando la espada que lleva años apuntándote, se va, porque ya no mereces la pena.

Sabes que algo va mal cuando ya no gritas, porque has perdido la voz de tanto pedirle a tu cabeza que se calle. Cuando respirar deja de doler. Cuando tu sangre corre por rutina y no por supervivencia.

Sabes que algo va mal
cuando olvidas quién eres
y no te importa.

Sabes que algo va mal
cuando sientes cómo mueres
y tampoco te importa.

Sabes que algo va mal
cuando escribes esto sin parpadear
y tus muñecos empiezan a cogerte miedo.