domingo, 19 de septiembre de 2021

Aquí te espero

Hay trenes que solo pasan una vez en la vida,
aunque tengamos la capacidad de verlos circular todos los días bajo nuestra puerta.

Son trenes que se te hacen tan familiares
que es sorprendentemente complicado reconocerlos,
siempre camuflados en la felicidad fácil que transportan
y la seguridad de que podrás verlos cerca de ti.

Es tan difícil dar el paso para montarte en un vagón,
te tiemblan tanto los pies mientras te agarras a la barra
que solo rezas para que no se te haga tarde
y se vaya.

Nunca fui muy rápida,
y se me ha ido
en la cara.

Ahora solo quedo yo, 
mirando a la nada, abatida,
con un pie y un brazo en el aire,
sin bajarlos por si vuelve a buscarme.