domingo, 22 de marzo de 2015

Querida alma.

Querida alma:

Pasan inerávidas las horas,
dicen los cucos que 
ya no salen más.
Se ha debido de romper el tiempo
desde que la suerte
no acompaña a tu brío.
No te ahogues en los gritos
que no logran salir de ti.
Escóndelos,
y vuelve a callar:
mantente siempre ausente.

Intentas oír los susurros
que te acompañan,
cubriendo de azúcar 
al limón de tu herida.

La rutilante escarcha
que se posa ahora
sobre tu espalda,
no pesa,
pero te devuelve al invierno
-es este frío el que congela
tus pies-.

Tus briznas han caído del cielo,
y ahora, deben estar volando,
mientras el viento las mece,
y los habitantes aprenden un poco de ti.

Ahora que llueve, te sientas a pensar
que no siempre el que apuñala
lleva la culpa,
que hay cosas que vienen
a muladar,
y que la muerte llega para todos.

Hoy que no estás
te llamo para que vuelvas,
en el intento desesperado
en el que te espero.

Ya no es el frío
el que apaga las velas,
eres tú.

Atentamente,
tu cuerpo vacío.


miércoles, 18 de marzo de 2015

Mujer luchadora, mujer fatal.

Mujer luchadora,
mujer fatal.

Defiendes todo lo que es tuyo,
y lo que es nuestro,
con la esperanza del que aún
ve que estamos a salvo.
Lloras la pérdida como nadie
porque siempre la sientes más tuya
que de cualquiera.
Vences todos los miedos que tienes,
ellos deben temerme a mi,
dices,
yo soy la que está viva.
Libras cada batalla con suerte
de tener varios heridos
y así saber como curarlos.
Tiemblas con el ritmo de un tango
temiendo que el compás
te transforme en soul.
Temes aquello que todavía no se ha dicho
como si supieses que la reconciliación
sería imposible.
Cantas por mí, por ti y por todos tus compañeros
llevándoles la sonrisa a la cara
incluso cuando estaban dentro del pozo.
Rezas por que cada día haya paz
en nuestra humilde morada,
que siempre pareció estar en guerra.
Luchas mejor que Rambo
y el agradecimiento que tengo por ello
equivaldría al peso de tus espadas.

Mujer luchadora,
mujer fatal,
cuídanos siempre.

sábado, 14 de marzo de 2015

Qué rápido pasa el tiempo desde que te tengo.

Hemos cambiado más
que el propio tiempo.
Nos hemos querido más
que a nosotros mismos
y hemos visto amanecer más
veces de las que el sol
ha salido.

Y eso, señores,
es la confianza.

Saber que si precipito
por un barranco,
tú me lanzarás la cuerda
que me impida caer.
Saber que si un día siento frío
tú me prestarás tu abrigo
o me darás cobijo en tu casa.
Saber que los dos besos de cortesía
nunca son corteses,
sino merecidos
y acompañados siempre
por un abrazo.
Saber que si un día yo soy viento
tú me calmas,
que si un día yo soy hielo
tú me derrites,
que si un día yo soy llama
tú me soplas.

Contigo he vivido cicatrices
y eternos inviernos.

Contigo he vivido
y con eso me sobra.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Aquella puerta.

Si vas a quererme,
que sea por ti.
Que después cuesta mucho creer
que todo empezó gracias a
un error
y que la lluvia solo moja
a quien huye de ella.

Que viniste a hacerme reír
yo que tan solo ansiaba
acariciarte el pelo.

Huyamos de nosotros
y corramos hacia el sur
que es donde siempre está
la cerveza.

Huyamos de nosotros
y volvamos a casa de nuestros padres
que estarán preocupados
por este desorden.

De pronto me dices que ser tú
es llamar puta a la nostalgia
y yo me confundo
y me quedo a esperar que te vayas.
De pronto te quedas,
y me descolocas
y me coloco
con tu perfume.
De pronto te marchas,
y yo me quedo
y nunca,
jamás,
vuelvo a salir
por aquella puerta.

lunes, 9 de marzo de 2015

Piratas.

Sonó un estallido.
Miradas alzaron el vuelo 
en busca de un rincón
donde salvarse del amor.

No tuvo compasión,
fue el más cruel de los
piratas
y se llevó el motín,
la brújula
y el timón.

Cañones bombardearon
sus cuerpos
haciendo destrozos
de alto coste
emocional.

Tripulantes abordaron
sus corazones
haciéndolos humanos
y, por lo tanto,
frágiles.

Sonó un estallido.
El capitán encontró 
los heridos
que lo miraban
hiriéndo
sus heridas.

El mar
-bravío-
buscaba los restos
de esas miradas
-perdidas-
sin suerte
-o con ella-.

¡Tierra a la vista!
-dijo uno de los marineros,
y los tripulantes regresaron,
y el capitán se perdió
y el mar
se calló.

Los amantes
se hicieron piratas
y su barco
se hundió.