domingo, 26 de octubre de 2014

Vecino de dormitorio.

"Sana sanita
culito de rana
si no se cura hoy
se curará mañana".
Así hemos remediado siempre
lo que hoy parece ser más doloroso.

Compartes baño,
leche,
daño,
y, de repente,
ya no somos dos mitades,
las horas jugando en el parque
se convierten en minutos vacíos,
conocidos desconociéndose, 
lenguas mudas,
relojes en paro.


que has sido mi fiel compañero,
guardián de pesadillas,
invitado de honor a mis cumpleaños,
digno adversario de cariño,
herido leve en juegos,
esos que acababan con llantos 
y una excusa que nos salvaba
del castigo.


confidente en noches de verano,
guerrero en el patio del colegio,
competidor nato para conseguir
los mejores regalos de reyes
aunque yo ya sabía que el mejor regalo
no era qué
sino quién
los abría a mi lado.

No te vayas.

¿Quién eres? 
¿Recuerdas ahora
quién fuiste?

No te dejes engañar por ti,
vecino de dormitorio,
eres más de lo que nadie
será jamás.

lunes, 13 de octubre de 2014

Echarte de menos.

Echarte de menos
como quien espera
el último trozo del pastel,
como quien huye de sí mismo
para encontrarse.

Echarte de menos
echar(te) agua 
a las flores,
regar la nostalgia
para que crezcan
mis ganas de verte
y tenerte delante
sabiendo que jamás
volverás a irte.

Echarte, de menos,
de allí,
de la infelicidad,
de la soledad,
del sofá
a mi cama,
para pasar la noche
y quedarnos
hasta apagar 
la alarma.

Echarte de menos,
siempre
(que no estás).