domingo, 18 de octubre de 2015

Puta.

No voy a pedirte que seas lluvia
porque no quiero que te corras en mi ventana.

(La ventana tiene demasiado vértigo para fingir que no le duele.)

Hoy quiero escribir con odio.
Besar al carmín,
temer al pánico,
abrazar al tanatopractor,
lamer al vicio.

Quiero meterte de todo,
incluso miedo.

La niña está pidiendo a gritos que la calles.

Quiero subir por tus caderas a ritmo de socorro,
romper tus comisuras
sin dulzura.

Me sangra rencor por la boca,
así que te diré guapa,
para no recordarte lo que quiero que seas.

(Puta.)

Ojalá me cierres los labios con mariposas
y dejes de ser tan capulla.

Ven volando a mi encuentro,
prometo no pedirte que te quedes.

(Aunque no te aseguro que no mienta.)

Quiero que me desees tanto
que me soples,
y luego me cumplas.

Todas las velas que tengo puestas por ti
son negras.

Tengo tanta herida en la sangre
que solo quiero follarte
sin amor,
sin cuidado,
y sin prisa.

La ventana se ha cerrado de golpe
y se han roto sus cristales.

(Ahora puedes seguir cortándome.)







domingo, 11 de octubre de 2015

Anochece en la playa.

Estoy a punto de pedirle ayuda al sol. Decirle que me abrase
-o que me abrace-
y que me haga cenizas de sabor cartón.

Voy a suplicarle a la luna
que me lleve con ella cuando se esconda
y descubrir un mundo nuevo
lleno de rabia y amor.

Quiero ser amiga de las estrellas
para caer sobre la arena
todas las veces que ellas mueran.
Probar el sabor de las nubes y la lluvia,
cuando la soledad amenace con quedarse.

Voy a pedirles a las olas perdón
por no acogerlas cada vez que llegan
y obligarlas a que se vayan otra vez.
Por esperar que algún día ellas me salven
y me arropen en alta mar,
cuando el peligro deje de estar en tierra.

Quiero que todos los días sean nublados,
así quizás entendáis algo sobre mi vida.

Caminaré sobre la arena mojada hasta hundirme
y no quiero ninguna cuerda que pueda salvarme o ahorcarme.

Si me muero, que me mates tú.

Se hace de noche y ya no tengo miedo.
Será que ahora todo importa un poco menos
desde que estás
pero nunca te quedas.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Otoño triste.

Tengo el árbol torcido.
Me pierdo entre mis ramas
y ya ni los pájaros hacen nido.

El viento me mece
como si intentara arreglar el invierno,
pero no sabe que la nieve
me asusta menos que el frío.

Me entristecen las horas
que paso viendo como tu mirada quema
y me vuelvo un cactus,
y echo de menos el agua.

Creo en la suerte de quien tiene cobijo:
un lugar donde esconderse del dolor.
Yo me crié con cuervos
y no veo nada.

Acabo de escuchar volar una hoja,
parece que ha chocado contra el suelo.

domingo, 4 de octubre de 2015

SrS

Dejé de escribir para empezar a soñar
y, últimamente, sueño más de lo que debo.

Sueño que tu pelo me enrreda,
como una red de promesas mojadas,
y se me eriza la piel.

Sueño que llego demasiado pronto
y demasiado tarde,
que te espero dentro de una casa en ruinas,
solo por si sonríes.

Sueño que me rozan tus manos la cara
y mis sentidos rejuvenecen cinco años.
Que aprendo a bailar sin zapatos,
sin miedo a que me pises los pies.

Sueño que cantamos en el coche
y te bebes mi cerveza.
Que me llevas al extremo
y te haces la dura.

Sueño que eres puzzle
y te hago cuadro.

Sueño que duermes tranquila en mi pecho
y mil luciérnagas entran por nuestras bocas.
Así iluminamos París.

Sueño que me miras
y me quedo ahí plantada,
confundiendo realidades de plomo,
guiada por tu corriente hacia Sidney,
rompiendo el guión de mi obra,
cortando los hilos que me separan del vacío.

Sueño que despierto
y te veo a mi lado.