“Nos toca aprender a perdonarse recaídas
y abrazarme muy fuerte y recordar que soy mi amiga
y que si no fuera por mi, ¿por quién sería?”
-Belen Aguilera
Me hicieron tan pequeña que no aprendí a caminar,
tan cerca del suelo que para qué me iba a levantar.
Siempre mirando arriba por si me podían pisar.
Aprendí a gritar para que nadie escuchara.
Aprendí a saltar para que nadie mirara.
Aprendí a tirarme la cuerda para que nadie se preocupara.
Me hicieron tan pequeña que las únicas manos con las que contaba eran las mías,
aunque nunca sintiera la fuerza para usarlas.
Siempre huyendo del amor porque solo lastimaba.
Construí en la soledad mi casa, en el silencio mi presencia y en el miedo mi destino.
Me hicieron tan pequeña que ni siquiera pude comprobar si existo,
me escondí en la ausencia de ruido.
Siempre pisando sobre aire por si podía molestar.
Crecí pensando que nunca rellenaría el hueco.
Y es que si no hay superficie,
¿cómo vas a aprender a andar?
Y es que si nadie te ve,
¿quién te puede enseñar?