domingo, 7 de septiembre de 2014

El fracaso.

Para volar
solo hace falta
no tener miedo.
Para sentir
solo hace falta
volar.
Para vivir
solo hace falta
sentir,
no pensar,
no entender,
no esperar.

La decepción viene así,
en pequeñas dosis,
ya sea con uno,
con otro,
o con ambos.
Esperar de más
donde hay menos,
algo así es el
fracaso
y es necesario
no tener miedo
para sacar las alas
y volar
para vivir
en las profundidades
del sentimiento.

Entenderlo
siempre
fue
hacerlo

libre.


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