miércoles, 16 de julio de 2014

Hola y adiós.

Hace tanto tiempo que no soy, que no somos. El pasado se ha dado media vuelta y ha vuelto a su juventud. Divino tesoro el ceñirse a otra realidad, que no es la mía, que no es la nuestra. Bendito tiempo que siempre transcurre y pone cada cosa en su lugar, que siempre olvida. Y el futuro se vuelve presente, y disfruta, y juega, y sueña, pero nunca se marcha. Dejar atrás lo que un día fue rutina: el quererte, el querernos. Hoy tiene sustitutivo: el olvidarte, el olvidarnos. Supongo que el amor es eso, un verso acariciado con los pies, un llanto en primavera, una despedida al saludar. 

Ahora que todo está en orden, que tú eres tú y yo soy punto y aparte, puedo decir que amar es algo así como una cinta de celo, que estiras y parece que nunca tiene fin. Sin embargo, se empequeñece y ya no adhiere igual. Así fuimos, dos cintas que dejaron de pegar.

No quiero que pienses en mí. Yo no pienso en ti.

Abramos un paréntesis, esto nunca sucedió.

(Adiós).



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