Vamos a jugar
a un juego.
Tú finges que nunca
vas a irte
y yo
que me lo creo.
Te vistes de blanco
con la pureza
de un niño,
pero los niños juegan
y se manchan.
Yo me espero
detrás de la puerta
sin saber si
empujar o tirar.
Mejor que pruebe
otro.
Tú te pintas
los labios
color carmín,
color mentira,
y me besas
pero el pintalabios
ya se ha corrido.
Yo me siento en la cama
y me miro la espalda,
y me veo las cicatrices,
y me siento el veneno,
y me ahogo
en un vaso de vino.
Aún
no he encontrado la forma
de despertarme
en ayer.
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