El desconsuelo del que se ha ido
busca la armonía de su estancia.
Recuerda
que juntos fuimos miedo,
amor
y también odio.
Recuerda
que otros tiempos fueron mejores,
cuando tu almohada
curaba mis heridas
y tú las cosías
y las hacías café
y yo siempre confiaba
en volver a tropezar.
Ahora que ha llegado enero
el olvido ha dejado sus regalos
y se ha llevado la confianza,
el respeto
y la ilusión.
Como un huracán
ha arrasado con todo
sin pensar
que ayer todo eran rosas
y hoy...
espinas.
Querido olvido,
vete pronto
o no te vayas,
pero no te quedes
ahí mirando.
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